Años 50 en España:
La poesía existencialista desemboca en la poesía social (1950-1964). Los escritores salen de su angustia interior y dan testimonio de lo que ocurre en la calle; con su protesta pretenden transformar la sociedad y tienen fe en que la literatura como motor de ese cambio. A partir de 1950, denuncian la marginación, el paro, la falta de libertad, y exigen la justicia y la paz para España, una patria amada y rota que se convierte en protagonista de sus versos: Que trata de España (Blas de Otero), España, pasión de vida(Eugenio de Nora), Canto a España (José Hierro).
Palabras como compromiso y solidaridad son las que mejor expresan el sentir de estos poetas, porque buscan compartir sus versos con los demás, con el pueblo, y que su obra no sea suya, sino de todos. Esta actitud les conduce a expresar sus mensajes con un lenguaje tan transparente que llega incluso, en el caso de Gabriel Celaya, a un prosaísmo extremo. Para ellos la poesía ha de ser una actividad tan social y tan necesaria como el trabajo o la justicia y otorgan a la palabra tanto valor como el aire que se respira.“Poesía necesaria como el aire que exigimos trece veces por minuto”
